Te Deseo

No se lo cuentes a nadie, que cuando miro tu boca la mía se abre por reflejo.
Que queda un poco de dolor cuando muerdo mis labios al pensar la, no le cuentes a nadie.
Que ansío el roce de tus manos y anhelo que tu suspiro profundo se ahogue en mi boca en desesperación . No le cuentes a nadie.
Que solo en este rincón se propaguen nuestros deseos.

lunes

Tatuaje al corazón (siempre puede ser verano)

Trabajar un viernes por la noche para Monize ya era un hábito, le encantaba su profesión de fotógrafa, siendo extranjera el único espacio que había conseguido en los ya 5 años en Chile hasta el momento era fotografiar para una revista popular del género crítica política, de la cual un buen amigo era el director.

Su misión esa noche era cubrir el evento en un conocido bar de Santiago con motivo del aniversario de un partido político. Por momentos podía sentirse a gusto entre algunos de los asistentes más hippie, mientras en otros observaba excesiva vanidad.

Era fácil para ella interpretar con ojo crítico ;posturas actuadas, miradas falsas, y sonrisas hipócritas, la cámara la había hecho distinguir la naturalidad de todo los demás.

Ella acostumbraba a vestir con sencillez: jeans desgastados, camiseta blanca y chaqueta de cuero corta. No era en absoluto una belleza exótica, sin embargo, llenaba espacios con su actitud jovial, segura y sensual. Si aún quieres ayuda para imaginar su apariencia te contaré un poco más: tez dorada, melena castaña abundante y de pelo rizado. Caderas anchas y piernas fuertes, voluminoso escote que siempre dejaba a la vista. Soltera vitalicia, a favor de la libertad sexual y obstinada.

Enfocando su cámara iba por los pisos del gran local, casi en forma mecánica sacaba fotos a los asistentes. No veía mucho que destacar en forma particular, nada, hasta que repentina e instintivamente comenzó a acercar el zoom del lente de su cámara hacia la sonrisa de aquel hombre que en sencillez besaba una copa de vino tinto, observó sus manos moviéndose pausadas y con seguridad. La luz que busca un fotógrafo se encendió cuando él sonrió coqueto hacia un lado .Justo entonces ella debía pulsar para retratar le, pero sintió que se congeló al escuchar su risa fuerte. Torpemente trató de acercarse a él disimuladamente cuando un tumulto de gente la empujó abrupta mente hacia sus brazos.

En ese preciso momento teniéndola de la cintura, la miró dulcemente y le sonrió. Pudo ella sentir un glaciar rozando su espalda, que rápidamente pareció derretirse con el calor de su rostro al percatarse inquietamente de las manos de él sobre su cuerpo, con un corazón acelerado, con frases incoherentes y sonrisa nerviosa le pidió disculpas.
Nuevamente se iluminó todo el bar al verlo sonreír le. Todo un verano pareció estar apegada a su cuerpo. Pudo y quiso haberse quedado así unos cuantos más, pero entonces, se les acercó una mujer morena, madura, de rasgos duros y mirada profundamente amenazante, quien tomándolo de la mano, con sonrisa dominante se lo llevó hacia la barra. Alcanzó al menos a escuchar su nombre; Ella lo llamó Bruno.
Esa noche no lo vio más, supuso que la mujer lo habría ido a esconder a algún subterráneo, más no había nada que pudiera apagar la luz que encendió en su cámara, menos en su mirada.
Pudo revelar al día siguiente las fotos y se alegró al distinguirlo en algunas. Guardó una copia en su cajón del escritorio y otra en su habitación, fuera lunes o fuera viernes las miraba detenidamente y les sonreía apegándose las al pecho con todas las intenciones posibles: de abrazarlo bailando, de besarle apasionadamente, de comer su boca, colgarse de su cuello y con sus piernas abrazar sus caderas, dormirse apegada a sus costillas, caminar por la playa de su mano, de contarle los secretos de su cuerpo y de enseñarle a tocar sus rincones para complacerla,  finalmente las miraba con intención de quedarse uno, dos y hasta cinco veranos a su lado.

Cuando entregó a su jefe y amigo las fotos de la noche del evento, éste las miro y le dijo:

- Mira tú, quién lo diría , Bruno Martin, el ex presidente del partido, pensé que no iría,digo,  por las rivalidades que tiene con el actual. Y.. ¿andaba con su mujer?

- Si su mujer es una morena tosca y pesada, pues sí. Lo arrancó de mis brazos de hecho....
Él, sonriendo, le dijo con tono de advertencia:

- Cuidado Monize, que ese es un hombre de esos que podrían domesticarte, te he conocido muchos y has sido domadora de varias "especies". Pero, ¿ éste?.... Éste es un lobo, de esos que tatúan el corazón, linda!

Con esas palabras su amigo no logró más que atizar el fuego que se había encendido esa noche del evento. Se lo recordaba con malas intenciones a diario en el café de la mañana o cuando se iba a cubrir otro evento.

  -Ten cuidado muchachita….mira que justo hay luna llena, no sea que se te cruce un lobo viejo en el    camino...Caperucita.

Reía sarcástico, al escuchar el portazo que Monize daba al salir enojada de la revista.

Llegaba con ansiedad a los lugares de celebración con su cámara , miraba rostros, sonrisas y a momentos le parecía escucharlo reír. Cada noche que volvía a su departamento sin novedades, le parecía haber perdido algo valioso.

Buscaba información de él en todas las plataformas que le dijeran algo más, conoció a sus hijos, sus varias parejas y ex esposa, sus estudios… Una noche se dio cuenta que estaba dedicando demasiado tiempo y que con este iba idealizando lo cada vez más.
Determinó entonces que a la mañana siguiente debía realizar un cambio.

Entró a la oficina de su jefe sin pedir siquiera permiso y se sentó frente a él. 

   -Monize! Dios que carita!, ¿ qué te pasó ? ¿ qué comiste o TE comiste , tan malo?
Reía con perversidad y disfrutando en serio, el enojo que veía venir.

 -Leo , debes inventar algo, debo tener un encuentro con Bruno Martin . Lo antes posible. La única   forma que este calor que produce en mi … mente , disminuya, es que lo tenga entre mis piernas,   rendido ante mi, sediento.

Le dijo en tono desesperado y caprichoso.
 - A ha! el viejo lobo aún te quita el sueño niña! Que fuerte, ah?! digo... porque pudiendo tener cualquiera de esos jovencitos tan regios que te rondan constantemente, quieres irte a la cama con este. Te vas a ir a poner solita la soga al cuello gringa….
Pero...está bien, si eso hará que vuelvas a ser la que eras, haré lo que sea necesario, ahora eso sí... no digas que no te lo ad-ver-tí!

Leo, movió sus contactos y concretó con escusas una sesión de fotos, preparó con estilo el encuentro , lo conocía bien y sabía que su ego era la debilidad.
Le comentó que por ser el aniversario del partido del cual fuera el presidente por mucho tiempo, el sentido del artículo sería mostrarlo en su cabaña en la cordillera, relajado, retirado de las pistas.
   -La gente siempre quiere saber en que estas Bruno!

Le dijo con exageración antes de cortar la llamada en la que confirmaron el encuentro.

Monize  llegó con su cámara poco antes del atardecer a la cabaña, llevaba todas las indicaciones y una botella de vino para regalar le. Como había ya leído tanto de él, sabía que cepa le gustaba, así como que temas tocar, que llevar puesto para deslumbrarlo, etc.

Conversaron, rieron y claro , ella lo fotografió para el artículo. Bebieron el vino que ella sugirió probaran juntos.

Ella le había transmitido el deseo guardado por tantas noches desde el momento en que llegó y lo abrazo acercando su cuerpo al de él al saludarlo.
Se vistió estratégica mente para la ocasión con un vestido corto, ligero, color verde oscuro, un tanto ajustado en el busto lo que evidenciaba además que por las finas tiritas sobre su hombro que era lo único que se puso, dejó a sus pezones adornar la tela con tentadores relieves.
Bruno deseó su cuerpo desde el primer instante y al saludarla no pudo evitar fijar su mirada en sus grandes senos e imaginar rozar los, pero debía esperar el consentimiento. Era un caballero antes que todo instinto.
Comenzaba a ver claramente más señales, luego vino el primer beso que Monize dio a su copa , cuando mirándolo fijamente al beber jugaba con sus labios, con suaves mordiscos y sonrisas coquetas. Aguantó, muchas más delas que Monize le entregó durante la conversación. Fue dejándola encender su propio fuego. Fue paciente y jugó con maestría hasta cuando ella, sentada en el sofá subió su vestido sugerente mente dejando ver sus muslos y abrió sus piernas sutilmente para dejar ver su ropa interior rojo intenso. Mirándolo con una sonrisa espero el acercamiento. 

   - Esto es todo lo que puedo aguantar las ansias que tengo de penetrarte como nunca alguien lo ha hecho antes.
Le susurró al oído antes de morder su cuello y encontrar sus labios invadiendo su boca apasionada y desesperadamente.

Sentada en la mesa de un amplio comedor, con sus dedos enredados y desordenando su cabello cano, sentía que iba deshaciendo su boca en la de Bruno. Lo besaba con hambre, riendo, suspirando y con desesperación para retenerlo allí ese momento. Por cada noche que lo besó virtualmente lo besó.

Se quitó las sandalias y encerró la cintura de Bruno con sus piernas desnudas, mientras los besos se extendían y las caricias se intensificaban con confianza por todas las partes de sus cuerpos. Él pudo soltarse y se alejó lo suficiente como para dominar por los hombros y recostarla en la mesa. Con los dientes le quitó el calzón y pudo sentir la humedad en ellos, lo cual lo excitó y evidenció con un murmullo. La besó sobre la mesa y le sacó el vestido también, pudo ver sus senos erectos, los tocó con suave intensidad, luego los juntó con sus manos y los lamió con delicadeza, también los mordió cuando ella arqueando su espalda se los acercaba como si uvas dejara en su boca.

Bajó lentamente por su vientre hasta su cintura. Detuvo sus manos en las caderas y creyó enterrarlas en ellas, como un escultor moldea una pieza de arte. La miró con clemencia y sediento se permitió llegar con su boca hasta su fuente. Saboreó su humedad y su lengua se deleitó con la suavidad y calidez del placer que ella sentía. Provocó con esta placer profundo y con el orgullo de un maestro, la miró elevarse corriendo y llegar a lo más alto de una cima escarpada, pudo retratar en sus pupilas el rostro de ella cuando sintió el vértigo del clímax, que reflejó con una sonrisa inolvidablemente sincera, la vio inspirar profundo y luego relajarse en caída libre, quedando tan sensible que apretó sus piernas y tumbada de lado las abrazó, como un capullo de flor que se cierra al esconderse el sol.

Bruno aún no apagaba su deseo, con bencina había sido encendido luego de aquella conmovedora escena de redención. La buscó besándola en el cuello y diciéndole los secretos de su cuerpo, con caricias y sonrisa luminosa logró que se abriera nuevamente como una flor silvestre. Sin más permisos que la de su abrazo, la penetró con fuerza.

Observaba sus senos moviéndose y más fuerte la penetraba. Sintió que buceaba en tibio mar con peces de colores al sumergirse en su fuente esa tarde de verano. Navegó con el ritmo de las olas en alta mar, sintiendo como si aguas turquesas abrazaran su sexo vigoroso con distintas intensidades, haciendo así que su placer creciera casi hasta el delirio, sin pensar más que estar dentro de ella por un verano, dos y hasta cinco, entró en su cuerpo una y otra vez. Casi con rudeza la puso de espaldas a su frente y mirándola, como a una isla, la penetró con ritmo fuerte entre sus nalgas, impulsado con el ritmo de sus caderas los movimientos serpenteantes de ella, hasta sentir apagarse su cerebro, cortando la respiración para sumergirse en el mar y nadar hasta su espalda, donde sus olas rompieron en su orilla y la cubrió con su sal. Amarrado a sus caderas como para que el mar no lo llevara hacia adentro nuevamente, abrazó su vientre y dejó posadas sus mejillas en su espalda mojada. Se quedó allí, con su olor por horas. Le ordenó el cabello y la ayudó a vestirse con sonrisa y luz en sus ojos.

Domesticados por el placer se buscaron varias noches más, varias otras siguieron sus vidas saciando sus deseos sin preguntas y gozando sin respuestas.


El artículo se publicó a petición de Monize como
"Bruno Martin, un lobo que no se olvida…"

domingo

Escena de un crimen

Un tanto agitada por subir tantas escaleras con algunas compras y llegando ya
hacia el final del pasillo, quinto piso del edificio, lugar donde se encontraba el
departamento que rentaba hace un par de años para sus días de estadía de trabajo en la capital, quedó muda cuando tuvo claridad de la figura.
Alfredo se había enterado de que estaba en la ciudad por una amiga en común.
La sonrisa de Alfredo, que siempre había sido su debilidad, iluminó el pasillo. Se
acercó y la besó suave, ella bajó la guardia por un momento, pero luego recordó
la promesa de alejamiento, entonces retrocedió, baja que por supuesto el maestro que era Alfredo aprovechó para el ataque letal.
Cuánto sabía él de sus debilidades…
Fue simple y limpio. Le respiró fuerte al oído, tiró su cabello firme y, en tanto
ella soltó las bolsas, la besó con intensidad y la abrazó hacia él, supo por sus
gemidos que había entrado en su terreno nuevamente, traspasando todos los
códigos de moral y acuerdos de distancia.
- Puedo pasar supongo. Le dijo sonriéndole.
Fue él mismo quien abrió la puerta, reconoció el campo, muchas horas de pasión habían sido compartidas en ese departamento el otoño anterior, cuando a ella le toco ir a capacitaciones a la empresa para la que ambos trabajaban. La primera vez él llegó con más colegas, la segunda ya lo hizo solo, y se quedó toda la noche para saciar el deseo que nació en un viaje de trabajo que hicieron juntos.
Distintas e inmejorables mentiras se le ocurría para avisar a su novia que no iba a poder llegar cada noche que se quedaba con Blanca. Entonces se saciaban, o al menos eso creían, porque para ella solo crecía más el hambre cada vez que lo
probaba. Por lo mismo, y por el sufrimiento que comenzó a causarle la facilidad
con la que él podía nombrar a su novia delante de ella e irse a continuar con su
vida, comparado con lo difícil que era para ella, fue que decidió no seguir, muy a
pesar de que ella era quien más disfrutaba sus visitas. Le pidió no volver a
reunirse, le explicó con honestidad, él lo entendió o por lo menos lo había hecho
por 6 meses, hasta ese día...
- Alfredo, habíamos acordado no reunirnos más en estas circunstancias, quiero
que te vayas por favor. Le dijo con los ojos brillosos.
- Sé que no quieres que me vaya Blanca, Mayra me contó que estabas acá y no
pude evitar venir a verte, para mí no es fácil evitarte, aún cuando para ti sí parece serlo. Le dijo con ironía.
Comenzó a acercarse a ella con sus habilidades. Él era un par de años más joven que ella, pero en temas amatorios traía muchas más experiencias, por lo que sabía cómo doblegarla. La besó con soltura y confianza y ella se sintió apresada,  cuando él comenzó a desvestir la y a llevarla hacia la cama ella recordó el momento vivido la noche anterior allí mismo con otro amante.
Se había reunido finalmente con José Andrés, con quién dio rienda suelta a su pasión acumulada, tanto pospusieron aquel encuentro que las horas que duró la noche optimizaron haciéndose el amor de todas las maneras , ella aún podía sentir su olor en cada parte de su cuerpo, se imaginó que la cama no se reponía de la lucha que hubo entre dos fieras hambrientas queriendo comerse con ansias y hambre. Ni la pausada ducha de la mañana había borrado de su piel la huella de los roces y lamidos, tampoco había calmado el dolor de la invasión poderosa que tantos años esperó ser llevada a cabo entre sus piernas.
Alfredo luchaba con su camisa y ella con el recuerdo del lobo al que se había
enfrentado en el mismo terreno la noche anterior.
En su memoria aún estaban los gemidos y se excitaba al recordar el placer alcanzado cuando él magistralmente disfrutó su fuente cálida en forma pausada, hasta las piernas le tiritaban aún por haber tenido que cumplir con la exigencia de tal encuentro.
Le parecía escuchar los suspiros y las risas rebotar en las paredes. Ambos de
forma salvaje habían matado las ansias, asfixiadas con el incendio que produjo la fricción de sus cuerpos. O quizás solo murieron en esa escena los miedos y las culpas, no lo sabía en ese momento...
Alfredo ,claro, la sintió diferente, lejana , en tanto ella, lo sintió como un animal domesticado que espera la caricia de su amo, había gran desventaja con quien la elevo a lo más alto del placer.
¿Si se dejó penetrar por Alfredo? ¿Podría acaso una loba enfrentarse a un animal domesticado en lucha? Podría, claro, ya lo había hecho antes, pero no estaba de acuerdo de hacerlo en el que era su terreno para ser libre, allí donde deja sus instintos aflorar, ese espacio selva y donde no había que fingir…

Lo apartó con ambas manos y rotundamente lo mató con 4 limpios disparos
-Ya no te deseo.




Nota: Editado en Soc.Literaria Centro-Sur

La Invitación

Salió de su departamento  delicadamente perfumada con aceites dulces que se deslizaron por su piel morena y suave, se preocupó de cumplir con todo lo solicitado; depilación completa, medias de red, tacos altos, neglige rojo como única ropa interior,vestido corto y con cuello alto de color rojo intenso, su pelo negro debía llevarlo suelto, un maquillaje sutil y joyas pequeñas.
Puso en su bolso lo necesario para el encuentro y se dirigió al lugar indicado en el mail recibido en la ultima conversación en la cual (no tan convencida) confirmó su participación y aceptaba la invitación.
Muy puntual llegó al restaurante y pudo distinguir en el rincón del lugar la mesa con luz tenue y una rosa terciopelo roja que indicaba que esa era la mesa en la que debía esperar. Se sentó y sin siquiera tener que pedirlo, llego el mesero, saludando quien con complicidad le dijo ;
-Señorita buenas noches, el cocktail de la noche, tres colores, tres sabores ... que lo disfrute.

Se sintió nerviosa y observada, sabía que el código de aceptación era libre y que la estudiaban con detalle e individualmente desde lejos.
Dos serían los que la debían considerar lo atractiva suficiente para acercarse y sentarse en la mesa para que se diera inicio al encuentro, de no ser así luego de 10 minutos ella debía da por entendido que no se llevaría a cabo.
Esperó unos 5 minutos un tanto nerviosa y cuando ya empezaba a dudar que se acercarían pudo verlo a él , acercándose hacia ella lentamente, llevaba puesta una camisa blanca y pantalón  azul ajustado, su pelo ( un tanto cano) suelto, su barba cuidadosamente casual timbraba la apariencia perfecta. Pensó mientras lo veía acercarse que sería fácil saludarlo, sin embargo, aquel atractivo hombre, su madurez, su piel bronceada y su sonrisa cautivadora la entorpecieron,

- Que grata sorpresa Blanca - Le dijo con voz grave-. Será un placer compartir esta noche juntos.     Mucho gusto , soy Patricio.
Le dijo besando su cuello y tomando su cintura con seguridad y destreza en el tema.

Luego se quedo de pie a su lado y esperando a quien con mucho desplante y elegancia  por otro pasillo del restaurante se acercaba, era Liz; Alta, espigada y elegante, vistiendo un vestido azul rey que resaltaba sobre su tez blanca y contrastaba con su largo pelo rojizo.
Se acercó a saludarla con coquetería y su perfume la sedó un instante. Con una mano sobre su espalda y tocándola delicadamente le dio un beso cercano a los labios y luego le sonrió.

Cenaron y hablaron temas profundos, también superficiales,y rieron a carcajadas, todo lo que fuera necesario para lograr complicidad esa noche.
Al terminar, el mesero trajo el postre; Una fuente de Frutillas enteras y rodajas de piña , en la misma, vasos pequeños con granizados de distintos colores y sabores, todo decorado con pétalos de rosas terciopelo.

- Señores, el postre de la noche; Placeres... Que lo disfruten .- Dijo sonriendo.

Comenzó Liz,  poniendo una frutilla en su boca y mirando fijamente a Blanca, mientras de su boca bajaba su dedo indice tocando su mentón y deslizándolos lentamente al cuello, terminando sutilmente rozando el pezón que se levantaba en su seno firme y pequeño.

Blanca como acto reflejo mordió su labio inferior, Patricio pudo percibirlo, tomó uno de los vasos y sacando el  hielo con una cuchara, se lo ofreció a Blanca en la boca, el refrescante granizo de limón  la refrescó brevemente hasta que volvió a mirar los labios del moreno maduro que sonreía con maestría y soltura. Suspiraba sin disimulo como enamorada.

Blanca por su parte, se atrevió a jugar con una frutilla, se la llevo a la boca lentamente, y mordiéndola miró fijamente al hombre de la mesa mostrando total sensualidad. Liz por otra parte ,se llevo el pequeño vaso de granizado color uva a la boca en forma completa como quien apaga un fuego ardiente ,se acercó a Patricio y compartiendo el hielo en su boca , con su lengua jugo hasta derretirse en un beso que encendió aún mas el ambiente.

Un beso que despertó instintos carnales en Blanca quien instintivamente apretó la servilleta con la mano derecha y como acto reflejo abrió sus piernas bajo la mesa...
Liz lo percibió y cuidadosamente bajó su mano de la mesa, buscando la rodilla de Blanca, luego, subiendo y caminando suavemente con la yema de los dedos llegó al triangulo de sus piernas, la acarició y observó con satisfacción cuando Blanca cerró los ojos y suspiró fuerte.
Una vez encontró la cálida humedad introdujo en ella sus dedos , con movimientos sutiles logró suaves gemidos, los pezones de Blanca levantó la tela de su vestido esto fue determinante para que Patricio  fuera a firmar la  cuenta. Ellas entendieron y agradecieron la señal, era necesario salir del lugar antes que sus caricias se hicieran más evidentes y se unieran o quejaran el resto de los clientes del lugar.
Salieron del restaurante del hotel y subieron por el ascensor a la habitación que Liz y Patricio compartían desde hacia ya tres años al menos una vez al mes con alguna y / o algún extraño seleccionado con la venia de ambos para disfrutar una noche de placer intenso en aquel hotel de la capital.
La habitación tenia una bañera lo suficientemente amplia para que se pudieran bañar hasta 4 personas,  ésta estaba situada al lado de una ventana con vista a la ciudad iluminada romántica, justamente frente a la plaza con la fuente de colores .
Estaba preparada con pétalos de rosas , velas y aceites que perfumaban gratamente el cuarto. Al otro lado , una cama amplia y al frente, un espejo grande con marco antiguo. Champaña, frutillas, unas batas de seda en los pies de la cama y una mesa en la que habían dejado un maletín en el que Blanca pudo ver juguetes sexuales, unas esposas, 1 pluma de pavo real, un látigo ....
No fue difícil con ese ambiente dejarse llevar , Patricio puso música y Liz la sorprendió con una copa de champaña , la sonrió , bebió un sorbo y la besó lentamente , Blanca nunca había estado con otra mujer y le sorprendió lo suave del beso de Liz, compartieron la champaña y se besaron cada vez mas apasionadamente y alargando los besos. Patricio se acerco a ellas y les bajo el cierre del vestido, dejando puestas las medias de red, el neglige y los zapatos de tacón, Liz pudo entonces disfrutar y tocar los senos de Blanca, recorrer su espalda... Patricio se sirvió champaña y se metió a la bañera , observaba con placer a su mujer, deleitándose con los colores de la ciudad reflejándose en su blanca piel, miraba a Blanca morena y con senos mucho mas voluminosos que los de Liz, miraba sus espaldas y sus curvas, Blanca tenia grandes nalgas , Liz largas piernas y mas delgadas, a él le gustaba porque su triángulo de placer se podía apreciar mejor que quien tenía muslos mas rellenos. Liz tomo de la mano a Blanca y la invitó a la bañera, Liz le saco las medias bajando poco a poco, se detuvo en sus senos, tocándolos y besándolos suavemente con la lengua y mordiendolos delicadamente, bajando por su vientre y hasta quedar frente a ella de cuclillas se detuvo en sus labios, mirándola desde abajo , e introduciendo sus dedos , la miró observando su placer , luego como esperando la aprobación de Blanca para saborear su humedad le separo las piernas. Blanca lo hizo entregada, lamió por fuera y por dentro y se detuvo en su monte más prominente donde aceleraba su lengua y luego al escuchar sus gemidos , realizaba  círculos con maestría, pasando luego a pinceladas profundas, dibujando el placer, no se detenía, menos al ver que este crecía. Blanca la tomo del cabello y la adentraba más y más en su rincón, Liz siguió con goce hasta que sintió el primer gran temblor en su cuerpo.

La llevo a la bañera de la mano y se la entrego a Patricio con un beso , como quién le entrega un regalo a su amado. El moreno maduro que disfrutaba de ambas mujeres sin culpa.
La acostó apoyando la espalda de la chica sobre su pecho, la tomo por la cintura y la acercó hasta él dejando a mano su abultada fuente, Blanca que  ya estaba en éxtasis dejaba que Patricio con sus besos de champaña y poniendo frutilla en su boca la enloqueciera nuevamente, él con una mano le tocaba los senos , con hambre con fuerza los apretaba, como disfrutando el tamaño y contrastando la suavidad de Liz, mordiéndolos y lamiéndolos con desesperación , luego,  generoso con la otra mano la tocaba buscando su placer y sus temblores que venían a cada momento.

Fueron varios y Blanca trataba de buscar un descanso provocando placer a Patricio, con su boca. Buscó su centro y lo lamió con ansias, saboreando sus placeres sin pudor. Patricio disfrutaba sus labios de su lengua de la mirada animal y hambrienta, sin embargo contuvo el final. Liz entró a la bañera desnuda,  busco a Blanca en su boca, en sus senos grandes, los tocaba mientras Patricio busco penetrarla, el agua tibia , los pétalos de rosa, los besos de Liz y sus manos  suaves, más las de Patricio apretando sus senos..todo esto  sumados al ritmo perfecto de la penetración grandiosa de Patricio la llevaran al orgasmo una y otra vez.

Se disfrutaron toda la noche , tres colores, tres placeres, muchas maneras de buscar el placer, ocuparon algún juguete y plumas en lo que la imaginación te permita....

Amanecieron los tres exhaustos en la cama, Blanca despertó a las 11 de la mañana , vio la pareja abrazada tierna mente y se sentió por un instante enamorada de ambos.
Se puso la bata roja y fue a atender el llamado de la puerta, era el mesero ...

- Buenos días señorita, espero que haya tenido una gran noche. -le dijo con complicidad- Le traigo el desayuno del día...Desayuno re ponedor...
Se sintió cohibida y vulnerable.

Se sentó admirando la ciudad a desayunar, aún tenia sensible todo su cuerpo.
Liz venia con su bata azul de encaje y satín, y Patricio con su bata negra cerrada .... ambos con la bata cerrada.

Liz la saludo con un largo beso en la boca y Patricio también . Él se sentó al lado de Liz y la admiraba con amor, hablaron como grandes amigos de las noticias del día mientras Patricio leía el
periódico.

Luego de vestirse  Blanca los miró con ternura, luego y cumpliendo la ultima parte del trato salió de la habitación para nunca volver....

Los códigos de pareja se respetan pensaba de regreso a casa....
Esperaba que el placer de esa noche no se le borrara nunca. Esperaba no detenerse en moralidades
y buscar nuevos encuentros con otras parejas.






jueves

SUEÑA CON LOBAS Y VERAS ( un regalo)



Termino la sesión, así se inicia otro período de varios en el tiempo de vacíos hasta el próximo encuentro digital, la espera es soportable por que sabe que pronto volverán a encontrarse.

Ya es tarde, y el cuerpo avisa de que es hora de dormir, la leche tibia, y una cama es el conjunto preciso para llamar a Morfeo. Ya estando acurrucado y pensando en las ultimas lineas leída en sus conversaciones con la Loba (así gusta ella llamarse), suena intempestivamente la puerta del departamento, extrañado Jorge se dirige a abrir, considerando que ya es tarde.

Sorpresa mayúscula, sorpresa agradable, quien tenia al frente era a la propia Loba, tal como la había soñado miles de veces, con ropa ligera y encajes negros, con tan solo un abrigo que la cubría del frío y la lluvia.

Él estupefacto por la visión alcanza a esbozar un tímido ¿que diablos?, cuando ella le interrumpe posando su mano cerrándole la boca, no había nada que decir, solo actuar, la miro de arriba hacia abajo y supo que es lo que había que hacer.

La toma con fuerza y la ingresa con violencia a la habitación, al mismo tiempo su boca busca desesperadamente la boca de la Loba, para comer y ser comidos, entre gruñidos, y resoplidos han logrado llegar a la cama, desprendiéndose de todo aquello que los estorbaba, solo queda piel y encajes, fuerza pedia ella, fuerza le entregaba el, ¿Preambulo?, no ella no quería preámbulo, ya había suficiente temperatura entre ellos, los preámbulos se habían realizado antes en cada sesión, en cada una de ellas fue el grano de sal que se acumulo en la playa hasta llegar al desborde, del ahora de este momento.


Como se puede describir un acto sexual, mas animal que humano, mas de instinto que otra cosa, el poseía a la Loba, y ella respondía con mas fuerza y mas deseo, doblegando y poseyendo la Loba a él, es un combate de egos y sexos, hay momentos que el logra dominarla, pero ella se arquea se mueve, y demuestra que el control lo tiene ella.

Ella le ofrece su sexo, para que lo lame, lo coma, lo penetre , y el se entrega al placer de disfrutar, no hubo sesión mas larga, y placer mas anhelado que ese, cuerpos desnudos sobre la cama como altar en sacrificio, descansando en sudor y satisfecho, él como La Loba, a llegado la hora de cerrar los ojos y llamar a Morfeo, de fondo se escucha suavemente una alarma.

Son las 7:10 de la mañana del lunes, se da inicio a una nueva semana laboral, aun recuerda los últimos textos y lineas leídas en sus conversaciones con La Loba, y como cada lunes despierta cansado y agotado, como si no hubiese dormido nada.

Jorge como cada día no recuerda lo acontecido ni lo soñado, solo recuerda las ultimas líneas leídas de un deseo insatisfecho.


En un Bar, una tertulia...


La discusión , una más de las tertulias que tenían cada vez que se juntaban esporadicamente se tornaba como siempre en un juego de egos y coqueteos mal disimulados por ambos.
Esta vez algo distinto pasó entre ellos, quizás algo que los dos esperaban pero que no habia tenido cabida anteriormente.
Él tomó su mano por la muñeca firmemente y ella lo miró sonrojada e incomoda.
Sus ojos se comunicarón y se encendieron en brillos ,respiraba extendida....y se detuvo cuando en aquel Bar en el que nadie los conocia se besarón apasionadamente;Con juegos torpes de lengua con roce de dientes , sumaban amplios besos... como si nadie más estuviera ahí.

Llegarón al auto y continuarón besandose desmesuradamente y se acariciarón largamente rozando la piel donde se podia y buscando más donde no se veia....él disfrutó tocando sus tibios senos y ella
disfrutaba recurriendo sus hombros y bajando sin limites...

Buscarón un lugar  cercano donde poder saciarse uno del otro y llegaron a una calida habitacion que hoy recuerdan en secreto de estado.

Sin prisa pero con agilidad quedaron desnudos de pie y se rieron de aquel momento....
Habia tantas ganas de hacerse el amor que sobraban las palabras.
Sin embargo ella dijo las que encendieron y quedaron en la memoria de su amante para siempre
fue un susurro con voz ronca y sensual;

-Espera.... observa la magia.
Si crees que la magia es solo una ilusión solo observa este momento, momento en el que nuestras diferencias quedan fuera...porque te dejaré entrar en mi cuerpo y te recibiré en mi rinconcito del placer más atesorado ( él la conocía bien y sabia que no era una chica que se entragará a cualquiera) te recibo en candidez y humedad y tu entras despacio y te haces parte de mi, nos unimos en el placer  de sentir que la temperatura es elevada, y aun asi tu sales porque quieres volver a mirar como te haces parte de mi , solo sentir tu respiracion me hace saber que lo disfrutas tanto como yo .... este momento igual de placentero para ambos...esto no es ilusion , hay un espacio unico donde nos hicimos uno sin debates, iguales para llegar a la parte mas alta y descender al vacio del extasis ...

claro que es Magia... hacer el amor contigo.


lunes

Despertando

No era la misma realidad la que Marion vio al despertar en aquella cabaña en las afueras de su pueblo, no estaban las burbujas de champan en la cabeza ni las velas encendidas, todo parecía viejo y sucio,pero si estaba su amante lo miro y se sonrieron cómplices,lo de anoche había sido memorable y ambos lo supieron....
Porque cuando los cuerpos se entregan en manos de otro , pero cuando realmente entregas todo lo que eres y tal como eres las manos pueden recorrer mejor.Cuesta para la mayoría de las mujeres entregar y desnudar sus cicatrices sus curvas, sus pechos no perfectos, pero cuando se logra como ella lo logró ,le permitió  a su amante disfrutarla entera.
En la mañana, nada de embriaguez quedaba y su cuerpo se sentía diferente, pero quiso intentarlo, sentía el mismo calor entre las piernas y las mismas ganas de ser invadida por quien fuera hasta ayer su mejor amigo. Respondió su mirada con otra de aceptación y aprovecharon que estaban juntos desnudos como tanto ansiaron en secreto por años. 
Es fácil invadir a una mujer con deseo, fue fácil recorrerse y lamerse los cuerpos nuevamente.
Besarse torpemente y reir....
Guiarse y revelar secretos en transpiración, gozarse uno dentro del otro, comprender los ritmos,entender los gemidos....fue fácil. 
Vestirse y dejar la cabaña hasta un pronto encuentro fue mas fácil de lo que se imaginaron.
Ella debía volver a casa y seguir con su vida de casada y él ....él la seguirá esperando entretenido....